Si hay algo que caracteriza a Nassera Doutour, portavoz de las Madres de los casi 8000 desaparecidos de la guerra sucia en Argelina es su vitalidad.
Amine, su hijo, es ya una de tantas sombras que ya no regresará. Pero Nassera no se ha convertido por ello en una anciana triste o derrotada. Todo lo contrario, feliz y sonriente, pese a las circunstancias, la vida continua y antes de realizar la entrevista, nos cuenta ilusionada, con muchas más ganas de futuro que de memoria, los preparativos para la gran comida familiar que celebrará el próximo domingo con sus dos hijos, sus nueras y sus nietos. A Nassera, como tantas otras madres que continuan buscando a sus hijos en Bosnia o en Argentina, un grupo de militares le arrebataron parte del alma pero no han podido evitar que sea abuela, o que se movilice y se sienta parte de la sociedad en la que vive, luchando para transformarla. Ningún militar, ninguna ley de impunidad han conseguido evitar que, junto a Alberto Bougleux, gire por el mundo dándole voz a la historia de varios cientos de mujeres valientes que no descansarán hasta saber qué les sucedió a casi 8000 desaparecidos del terrorismo de estado argelino en su particular “Canción por Amine”. La canción de una madre.
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Cuando en 1998, las madres argelinas presentaron un dossier con 3200 casos de personas desaparecidas las tomaron por locas. Comenzaron entonces a viajar por Europa y a manifestarse en las calles -reclamando verdad y justicia- . Gracias a ellas todos y cada uno de los mítines de la campaña electoral que llevó al actual Presidente Bouteflika al poder se convirtieron en una reivindicación de la memoria. En el último, la presión era ya tan fuerte que el Presidente se vio obligado a permitirles subir al escenario. Esa fue tan sólo la primera de sus victorias. A las lágrimas de una madre, el ya casi Presidente respondió “Me avergonzáis y avergonzáis al país con vuestras lágrimas” y metiéndose las manos en los bolsillos -en un gesto que ha pasado a la historia reciente de su país- insistió en que él no los tenía. “Pero tenía que buscarlos y darnos una respuesta”. Añade Nassera Doutur. “Ese era nuestro objetivo”.
Gracias a la presión internacional y de los medios de comunicación, el trabajo de las Madres consigue que en 2003 el gobierno argelino se vea obligado a crear el “Mecanismo Ad Hoc” para los desaparecidos que, al final de su trabajo, en 2005, recoge finalmente 6.400 casos. Farouk Ksentini, Presidente de la Comisión Nacional de protección de los Derechos Humanos reconoce actualmente 7.200 casos. Las madres insisten en que son más de 8000 y se niegan a aceptar la impunidad de los responsables pese a las leyes para el olvido que el gobierno ha impulsado.
En términos comparativos, el proceso de recuperación de la memoria histórica en Argelia ha avanzado mucho más rápidamente que el español, por poner un ejemplo ¿a qué cree que se debe?
Sí, es cierto, y creo que el trabajo realizado ha sido muy positivo. No fácil, pero sí efectivo y positivo. El factor diferenciador ha sido el apoyo de los medios de comunicación. Hoy en día son mejores que en el pasado y mucho más abiertos a los casos de violaciones de derechos humanos. Vivimos tiempos más abiertos. La mejor decisión que pudimos tomar fue la de organizar una gira por ciudades europeas para dar a conocer nuestro caso al mundo. En todas partes los medios nos escucharon y nos apoyaron. Hasta que nosotras llegamos se hablaba de Argelia en términos exclusivos de terrorismo islamista y nosotras planteábamos la cuestión del terrorismo de estado. Los medios buscaban ampliar su punto de vista y el hecho de que Amnistía Internacional apoyase la existencia de unas madres argelinas que buscaban a su hijos nos abrió también muchas puertas.
El tour europeo que organizamos en julio de 2008 terminó en Ginebra, frente a la sede de Naciones Unidas en el mismo momento en que Argelia estaba siendo examinada por la Comisión de Derechos Humanos. Uno de los investigadores salió a tomarse un café y nos vio protestando frente al edificio. Le entregamos nuestra documentación sobre torturas y desapariciones forzadas, regresó al interior y preguntó por los desaparecidos. El representante argelino dijo que era un tema cerrado y el investigador respondió “no creo que varias decenas de madres hayan venido a Ginebra a pasar sus vacaciones de verano”. Allí donde haya una ocasión seguiremos pidiendo el fin de la impunidad.
El secreto del relativo éxito obtenido radica en el apoyo de los medios y en un trabajo jurídico impecable.
El gobierno argelino ha reconocido a los desaparecidos e incluso ha ofrecido indemnizaciones económicas. ¿por qué continúan luchando?
Por la identificación de los culpables y la asunción de responsabilidades. el gobierno dice que fueron fruto de los excesos de grupos incontrolados mientras nosotras pensamos que se trató de una política organizada. El dinero no puede ser aceptado porque para reclamar la indemnización es necesario que la familia presente un certificado de fallecimiento en el marco de lo que se conoce como la “tragedia nacional”. No es el Estado el que reconoce su responsabilidad y por tanto es la propia familia la que cierra el caso, renunciando a cualquier tipo de acción posterior. Eso es comprar el olvido y la impunidad. No vamos a aceptar la impunidad de los culpables. Es cierto que el 50% de ellos han muerto, muchos de ellos en extrañas circunstancias, quizás en ajustes de cuentas internos. Recuerdo que había un policía en mi barrio, “el cristiano” que se ponía una cruz como pendiente cada vez que salía a detener a alguien. En cada barrio había un policía o militar de referencia que se encargaba de las operaciones. Y aunque muchos murieran, otros tantos siguen vivos y continúan trabajando en la seguridad del estado y eso es inaceptable. En cada barrio había policías concretos que se dedicaban a secuestrar gente. Mucha gente los conoce. No deben continuar siendo policías.
¿En qué consiste lo que usted denomina “Ley de impunidad”?
Una vez que se cierran los trabajos de la “Comisión Ad Hoc” y se reconocen las víctimas, el presidente Abdelaziz Bouteflika presenta la Carta para la Paz y la Reconciliación Nacional que se aprueba por referendum en 2005. Nos ofrecen indemnizaciones económicas a cambio de renunciar a conocer lo que sucedió y quienes fueron los responsables. El artículo 45 del decreto de aplicación de la Carta prohíbe no sólo que nos manifestemos, sino que cualquier Tribunal pueda abrir una investigación. Imponen una multa de 250.000 dinares y hasta 5 años de cárcel para todo tipo de protesta o investigación sobre los acontecimientos de la guerra civil que puedan dañar al prestigio internacional de Argelia. Cuando el mismo día del referéndum decidimos continuar manifestándonos, hubo más de 100 arrestos.
Queremos que esta ley se anule. Primero le escribimos al Presidente, que obviamente no nos contestó y luego hemos ido a la Corte Suprema, que tampoco ha respondido. Así que ahora esperamos la respuesta del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Parece que queda poco que se pueda hacer. ¿En qué tipo de campaña se centran en el año 2010?
Hemos decidido un cambio de táctica. Y si una vez celebrado el Referéndum del olvido nos amenazan con la cárcel por continuar manifestándonos, sólo nos queda exigir lo que se conoce como “Justicia transicional”. Nuestro objetivo es constituir una “Comisión de la verdad” junto al resto de organizaciones de víctimas del terrorismo, “Samoud” y “Djazarouma”. No sólo del que viene del estado sino también el islamista. Tenemos que convencer a nuestra sociedad de que no se puede pasar página. Vamos a continuar interpelando a todos los organismos internacionales para evitar que se cierre el dossier de los desaparecidos. Ellos quieren cerrarlo, les lleve el tiempo que les lleve, y nosotras queremos transformarlo en una “Comisión de la Verdad”. Al principio pusieron un plazo de un año para solicitar la reclamación, han ido ampliándolo cada seis meses. Incluso la policía viene a buscarte a casa y te presiona para obligarte a que reclames el dinero. Tratan de abrir los expedientes por vía judicial, nos convocan una y otra vez. Pero no vamos a aceptar. El silencio de las madres no se compra con dinero sólo se consigue con una “Comisión de la verdad”
¿Cuál es la situación actual de los Derechos Humanos en Argelia?
La guerra contra el terrorismo continua en Argelia sin tener en cuenta los derechos humanos. En la actualidad no hay desapariciones pero sí detenciones secretas e ilegales. Se trata de jóvenes a los que se acusa de terrorismo para torturarlos durante meses sin derecho a la asistencia jurídica en prisiones al sur del país. El último caso es el de Mohammed Rahmouni. Le arrestaron en julio de 2007 y no reapareció, aún permaneciendo incomunicado hasta mayo de 2008. Al abogado de nuestra asociación no se le permitió defenderle y es el mismo Tribunal militar el que elige al defensor. Se le acusa de poner una bomba en un cuartel. Fue condenado a muerte el 9 de marzo de 2010.
Cuando en 1998, las madres argelinas presentaron un dossier con 3200 casos de personas desaparecidas las tomaron por locas. Comenzaron entonces a viajar por Europa y a manifestarse en las calles -reclamando verdad y justicia- . Gracias a ellas todos y cada uno de los mítines de la campaña electoral que llevó al actual Presidente Bouteflika al poder se convirtieron en una reivindicación de la memoria. En el último, la presión era ya tan fuerte que el Presidente se vio obligado a permitirles subir al escenario. Esa fue tan sólo la primera de sus victorias. A las lágrimas de una madre, el ya casi Presidente respondió “Me avergonzáis y avergonzáis al país con vuestras lágrimas” y metiéndose las manos en los bolsillos -en un gesto que ha pasado a la historia reciente de su país- insistió en que él no los tenía. “Pero tenía que buscarlos y darnos una respuesta”. Añade Nassera Doutur. “Ese era nuestro objetivo”.
Gracias a la presión internacional y de los medios de comunicación, el trabajo de las Madres consigue que en 2003 el gobierno argelino se vea obligado a crear el “Mecanismo Ad Hoc” para los desaparecidos que, al final de su trabajo, en 2005, recoge finalmente 6.400 casos. Farouk Ksentini, Presidente de la Comisión Nacional de protección de los Derechos Humanos reconoce actualmente 7.200 casos. Las madres insisten en que son más de 8000 y se niegan a aceptar la impunidad de los responsables pese a las leyes para el olvido que el gobierno ha impulsado.
En términos comparativos, el proceso de recuperación de la memoria histórica en Argelia ha avanzado mucho más rápidamente que el español, por poner un ejemplo ¿a qué cree que se debe?
Sí, es cierto, y creo que el trabajo realizado ha sido muy positivo. No fácil, pero sí efectivo y positivo. El factor diferenciador ha sido el apoyo de los medios de comunicación. Hoy en día son mejores que en el pasado y mucho más abiertos a los casos de violaciones de derechos humanos. Vivimos tiempos más abiertos. La mejor decisión que pudimos tomar fue la de organizar una gira por ciudades europeas para dar a conocer nuestro caso al mundo. En todas partes los medios nos escucharon y nos apoyaron. Hasta que nosotras llegamos se hablaba de Argelia en términos exclusivos de terrorismo islamista y nosotras planteábamos la cuestión del terrorismo de estado. Los medios buscaban ampliar su punto de vista y el hecho de que Amnistía Internacional apoyase la existencia de unas madres argelinas que buscaban a su hijos nos abrió también muchas puertas.
El tour europeo que organizamos en julio de 2008 terminó en Ginebra, frente a la sede de Naciones Unidas en el mismo momento en que Argelia estaba siendo examinada por la Comisión de Derechos Humanos. Uno de los investigadores salió a tomarse un café y nos vio protestando frente al edificio. Le entregamos nuestra documentación sobre torturas y desapariciones forzadas, regresó al interior y preguntó por los desaparecidos. El representante argelino dijo que era un tema cerrado y el investigador respondió “no creo que varias decenas de madres hayan venido a Ginebra a pasar sus vacaciones de verano”. Allí donde haya una ocasión seguiremos pidiendo el fin de la impunidad.
El secreto del relativo éxito obtenido radica en el apoyo de los medios y en un trabajo jurídico impecable.
El gobierno argelino ha reconocido a los desaparecidos e incluso ha ofrecido indemnizaciones económicas. ¿por qué continúan luchando?
Por la identificación de los culpables y la asunción de responsabilidades. el gobierno dice que fueron fruto de los excesos de grupos incontrolados mientras nosotras pensamos que se trató de una política organizada. El dinero no puede ser aceptado porque para reclamar la indemnización es necesario que la familia presente un certificado de fallecimiento en el marco de lo que se conoce como la “tragedia nacional”. No es el Estado el que reconoce su responsabilidad y por tanto es la propia familia la que cierra el caso, renunciando a cualquier tipo de acción posterior. Eso es comprar el olvido y la impunidad. No vamos a aceptar la impunidad de los culpables. Es cierto que el 50% de ellos han muerto, muchos de ellos en extrañas circunstancias, quizás en ajustes de cuentas internos. Recuerdo que había un policía en mi barrio, “el cristiano” que se ponía una cruz como pendiente cada vez que salía a detener a alguien. En cada barrio había un policía o militar de referencia que se encargaba de las operaciones. Y aunque muchos murieran, otros tantos siguen vivos y continúan trabajando en la seguridad del estado y eso es inaceptable. En cada barrio había policías concretos que se dedicaban a secuestrar gente. Mucha gente los conoce. No deben continuar siendo policías.
¿En qué consiste lo que usted denomina “Ley de impunidad”?
Una vez que se cierran los trabajos de la “Comisión Ad Hoc” y se reconocen las víctimas, el presidente Abdelaziz Bouteflika presenta la Carta para la Paz y la Reconciliación Nacional que se aprueba por referendum en 2005. Nos ofrecen indemnizaciones económicas a cambio de renunciar a conocer lo que sucedió y quienes fueron los responsables. El artículo 45 del decreto de aplicación de la Carta prohíbe no sólo que nos manifestemos, sino que cualquier Tribunal pueda abrir una investigación. Imponen una multa de 250.000 dinares y hasta 5 años de cárcel para todo tipo de protesta o investigación sobre los acontecimientos de la guerra civil que puedan dañar al prestigio internacional de Argelia. Cuando el mismo día del referéndum decidimos continuar manifestándonos, hubo más de 100 arrestos.
Queremos que esta ley se anule. Primero le escribimos al Presidente, que obviamente no nos contestó y luego hemos ido a la Corte Suprema, que tampoco ha respondido. Así que ahora esperamos la respuesta del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Parece que queda poco que se pueda hacer. ¿En qué tipo de campaña se centran en el año 2010?
Hemos decidido un cambio de táctica. Y si una vez celebrado el Referéndum del olvido nos amenazan con la cárcel por continuar manifestándonos, sólo nos queda exigir lo que se conoce como “Justicia transicional”. Nuestro objetivo es constituir una “Comisión de la verdad” junto al resto de organizaciones de víctimas del terrorismo, “Samoud” y “Djazarouma”. No sólo del que viene del estado sino también el islamista. Tenemos que convencer a nuestra sociedad de que no se puede pasar página. Vamos a continuar interpelando a todos los organismos internacionales para evitar que se cierre el dossier de los desaparecidos. Ellos quieren cerrarlo, les lleve el tiempo que les lleve, y nosotras queremos transformarlo en una “Comisión de la Verdad”. Al principio pusieron un plazo de un año para solicitar la reclamación, han ido ampliándolo cada seis meses. Incluso la policía viene a buscarte a casa y te presiona para obligarte a que reclames el dinero. Tratan de abrir los expedientes por vía judicial, nos convocan una y otra vez. Pero no vamos a aceptar. El silencio de las madres no se compra con dinero sólo se consigue con una “Comisión de la verdad”
¿Cuál es la situación actual de los Derechos Humanos en Argelia?
La guerra contra el terrorismo continua en Argelia sin tener en cuenta los derechos humanos. En la actualidad no hay desapariciones pero sí detenciones secretas e ilegales. Se trata de jóvenes a los que se acusa de terrorismo para torturarlos durante meses sin derecho a la asistencia jurídica en prisiones al sur del país. El último caso es el de Mohammed Rahmouni. Le arrestaron en julio de 2007 y no reapareció, aún permaneciendo incomunicado hasta mayo de 2008. Al abogado de nuestra asociación no se le permitió defenderle y es el mismo Tribunal militar el que elige al defensor. Se le acusa de poner una bomba en un cuartel. Fue condenado a muerte el 9 de marzo de 2010.
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