PROPAGANDO A OBAMA

Una vez más, las corporaciones, que siempre han controlado el gobierno de los Estados Unidos, han conseguido volver a engañar a todos mediante la puesta en escena de un candidato tremendamente popular que hace creer en el cambio. Sí, definitivamente lo han conseguido. Y lo han hecho muy bien. Debían lavar la imagen del país tanto a nivel interior como exterior; ya que de no conseguirlo, corrían el riesgo de que los ciudadanos dejaran de confiar en su gobierno, es decir, en su sistema. El sistema que permite la más voraz y depravada forma de capitalismo. 

Algunos pueden pensar que todo esto se trata de una teoría conspiratoria sin fundamento pero, de ser así, ¿Por qué un gigantesco grupo financiero como Goldman Sachs, que gestiona las inversiones de las personas más ricas e influyentes, iba a ser el principal benefactor de la campaña de Obama, además de apoyar a la vez la campaña de su contrincante Mccain?. La respuesta es clara; para poder pedir favores políticos a cualquiera de los candidatos. Y no son los únicos que han dado dinero a ambos, también lo han hecho Citygroup, UBS, JP y Morgan Chase. Grandes cantidades de dinero que tendrán que ser devueltas de alguna forma. En este sentido, la democracia norteamericana sólo se trata de un teatrillo pagado por las multinacionales, en el que todo sale según lo previsto.

Para la consecución de su objetivo, estas corporaciones han utilizado los medios de comunicación de forma magistral, convirtiendo a Barack Obama en un semidiós. Las portadas de casi todos los periódicos del mundo han estampado la cara sonriente de Obama proclamando, no la revolución, sino un “cambio”. Pero no todos los periódicos han servido al mismo nivel a la propaganda americana. A continuación, alabaremos a las portadas que mejor hayan vendido la idea del “cambio”, y criticaremos a los que no se hayan esforzado lo suficiente en cumplir los deseos de los más poderosos.

De entre todas las portadas que he visto por encima, ésta es la primera que me ha llamado la atención. Basta con ver la cabecera del San Francisco Chronicle para darse cuenta de que Dios ha vuelto. Ahora es americano, lleva un traje y es negro. ¡Fantástico! Sólo por ser el primer presidente negro queda claro que sus intenciones son buenas. ¡Abajo el racismo!.

Si nos fijamos en las características de la foto, podremos observar el tratamiento positivo de triunfador que le otorgan a Obama, acompañado de un titular muy positivo: El cambio ha llegado a América. Está aislado de cualquier contexto, realzando su figura y dándole importancia únicamente a él en la imagen. El punto de vista de la foto está por debajo de la línea de los ojos, como si lo miráramos arrodillados en un plano contrapicado. Se trata de una técnica publicitaria en la que se ubica al líder sobre los demás. Este tipo de técnicas se enmarcan dentro de las características de la propaganda fascista. El mismo estilo que utilizaba Goebbels para vender la imagen de Hitler.

En la portada del diario italiano l’Unità, Barack Obama aparece en una foto besando a una niña, probablemente su hija ¡Qué bonito! Esta imagen enternecedora nos recuerda que el presidente es un padrazo con valores familiares suficientes para ser el papá de América.

La foto es en blanco y negro para transmitir más fácilmente la textura humana de Obama y la niña. Aporta mayor elegancia a sus personajes, y sobretodo, elimina el protagonismo del color. Todo esto acompañado del titular “El sueño”. ¿Quién no querría a este hombre?. ¡Es encantador!. Además, por encima de sus cabezas, el fragmento de un discurso de Obama. Bien hecho l’Unità. América te lo agradecerá.

Y para acabar, después de haber revisado todos los retratos de Obama bajo la cabecera de turno, he elegido la portada de La reppublica, el periódico italiano “progre” por excelencia. La imagen no puede ser más ilustrativa. El ciudadano rodeado por los medios, bombardeado con mensajes e intoxicado con falsas esperanzas de cambio y libertad. Todo lo que rodea a la imagen es el pensamiento único que se ha apoderado de los medios de comunicación. El pensamiento único que las corporaciones nos han hecho imaginar. La idea de un cambio que nos hará creer que existe realmente, y que mantendrá el sistema tal y como está.