El Bounty, cuyo nombre completo era "HMAV Bounty" (HMAV = His Majesty's Armed Vessel, velero armado de su majestad), fue un barco de vela de la armada británica en el que tuvo lugar el 28 de abril de 1789 un famoso motín.
El barco había sido un carguero, construido en 1783 bajo el nombre de Bethia, hasta que en 1787 la armada lo adquirió con el fin de transportar frutos del pan desde Tahití hasta el Caribe. Los frutos del pan debían constituir un alimento barato para los esclavos que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar.
El barco zarpó el 23 de diciembre de 1787 desde Inglaterra, bajo el mando del capitán William Bligh, que tenía 33 años de edad y había servido como navegante a las órdenes del capitán James Cook. La tripulación estaba formada por 44 hombres. La ruta que se le había indicado al capitán para llegar pronto a Tahití fue la que pasa por el sur de América, rodeando el Cabo de Hornos. Sin embargo, Bligh se encontró allí con una tempestad que le impidió avanzar, de manera que después de 30 días de intentarlo abandonó y tomó la ruta alternativa por el sur de África. El Bounty llegó finalmente a Tahití el 25 de octubre de 1788, después de diez meses de navegación, y varios meses más tarde de lo previsto.
Debido al retraso en llegar, Bligh y sus hombres tuvieron que permanecer cinco meses en la isla, ya que no era la época en la que podían trasplantarse los brotes del fruto del pan. La tripulación comenzó a habituarse a las costumbres de los nativos y a olvidarse de su condición de marineros ingleses. Muchos de ellos establecieron relaciones con mujeres de Tahití. El primer oficial, Fletcher Christian, se casó incluso con una de ellas.
Finalmente pudieron recogerse los brotes del fruto del pan y, muy a pesar de una parte de la tripulación, el Bounty zarpó rumbo al Caribe el 4 de abril de 1789. En la mañana del 28 de abril se produjo la rebelión, capitaneada por Fletcher Christian. 11 hombres siguieron a Christian, mientras que 31 fueron leales a Bligh. Los amotinados embarcaron al capitán, junto con 18 marineros leales, en un bote, provisto de una vela, un sextante y un reloj. Los otros 13 marineros leales al capitán tuvieron que permanecer a bordo del Bounty por falta de espacio en el bote.
Bligh realizó una hazaña de navegación y llegó después de 41 días hasta la isla de Timor, por donde pasaban barcos ingleses. Había recorrido unas 5.800 millas y perdido un solo hombre, muerto en un enfrentamiento con nativos hostiles de una isla, donde había intentado recalar para recoger agua y víveres. Cuando llegó a Londres, el almirantazgo dio la razón a Bligh y lo confirmó en su puesto en la armada real.
En cuanto a Christian y los amotinados, volvieron a Tahití, donde quedaron 16 hombres a la espera de que llegase un barco inglés y los llevase a la patria. Christian zarpó de nuevo en el Bounty, llevando consigo ocho marineros, así como seis hombres y once mujeres de Tahití, una de ellas con un bebé. Los hombres nativos ayudarían en las tareas del barco. Debían esconderse para no ser apresados jamás por un barco de la armada británica, ya que los amotinados eran condenados a muerte.
De forma casual, Christian y sus hombres avistaron la isla de Pitcairn, en el extremo oeste del archipiélago de Tahití, que por aquel entonces figuraba en las cartas marinas en una posición errónea. Decidieron ocultarse allí, ya que el error cartográfico reduciría la probabilidad de que fuesen localizados. El 23 de enero de 1790 quemaron el Bounty, para que no se viesen sus mástiles desde lejos y para borrar toda huella material del motín.
En 1808 apareció el primer barco, que resultó ser americano. Christian y algunos otros habían muerto. Sin embargo, todavía hoy viven en Pitcairn descendientes de los amotinados del Bounty y de sus mujeres tahitianas.
El cuaderno de bitácora del HMS Bounty muestra que Bligh recurrió a los castigos relativamente pocas veces y que regañó cuando otros capitanes azotaban y azotó cuando otros capitanes hubieran colgado. Era un hombre culto, profundamente interesado en la ciencia, convencido de que la buena dieta y la higiene eran necesarias para el bienestar de su tripulación. Tomó gran interés en el ejercicio de su tripulación, fue muy cuidadoso acerca de la calidad de sus alimentos, e insistió en que el HMS Bounty se mantuviera muy limpio. Intentó (sin éxito) controlar la propagación de enfermedades venéreas entre ellos. [cita requerida] Antes de la sublevación sólo 2 miembros de la tripulación del barco habían muerto, un marinero de infección y el médico del barco de indolencia. El fallo, según otro oficial naval ilustrado como era J.C. Beaglehole, fue que: «[Bligh hizo] juicios dogmáticos que se sentía con derecho a hacer; vio locos cerca de él con demasiada facilidad... una susceptible vanidad era la maldición de su vida... [Bligh] nunca supo que no se hacen amigos insultando al otro». [ «[Bligh made] dogmatic judgements which he felt himself entitled to make; he saw fools about him too easily... thin-skinned vanity was his curse through life... [Bligh] never learnt that you do not make friends of men by insulting them.»]
La ficción popular confunde a menudo a Bligh con Edward Edwards, el capitán del HMS Pandora, que fue enviado en la expedición de la Royal Navy en el Pacífico Sur para encontrar a los amotinados y llevarlos a juicio. Edwards fue supuestamente el hombre cruel del que se acusa a Bligh; los 14 hombres que capturaron fueron confinados en una estrecha celda de madera (18"x 11" x 5,8") en el alcázar del Pandora. Cuando el HMS Pandora encalló en las Gran Barrera de Coral, 4 de los prisioneros y 31 tripulantes murieron. Los presos hubieran perecido todos de no ser por William Moulter, segundo contramaestre, que abrió su jaula antes de saltar del barco que se hundía.
En octubre de 1790, Bligh fue absuelto honorablemente en el consejo de guerra que investigó la pérdida del HMS Bounty. Poco después, publicó una narración de la sublevación, A Narrative of the Mutiny on board His Majesty's Ship "Bounty". De los 10 prisioneros sobrevivientes que finalmente llegaron a casa a pesar de la pérdida del HMS Pandora, cuatro de ellos fueron absueltos gracias al testimonio de Bligh de que no eran rebeldes y que se vieron obligado a quedar en el HMS Bounty por la falta de espacio en el bote; otros dos fueron condenados porque aunque no habían participado en el motín, se mantuvieron al margen y no se resistieron (posteriormente, recibieron el indulto real); uno más fue condenado, pero exculpado por un tecnicismo; los tres restantes fueron condenados y ahorcados.
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